El psicoanálisis o la terapia psicoanalítica es una forma de tratar los problemas psicológicos de larga duración que se basa en la creencia de que los comportamientos tienen impulsos subyacentes que pueden ser desconocidos e inconscientes.
Con esta comprensión es posible pensar en el significado y las razones que hay detrás de ese comportamiento y permitir la posibilidad de cambio.
Razones para buscar tratamiento psicoanalítico
Las personas buscan terapia psicoanalítica por muchas razones: patrones de relaciones fallidas o destructivas, estrés laboral, depresión o ansiedad, trastornos de la personalidad o problemas relacionados con la identidad propia y la sexualidad. Algunos buscan terapia tras una pérdida importante, ya sea por muerte o divorcio, o como resultado de un acontecimiento traumático o un abuso en la infancia o la adolescencia.
Las personas pueden acudir a un terapeuta psicoanalísta una o más veces por semana durante meses o años. Un psicoanalista puede ver a alguien cuatro o cinco veces por semana. Las citas regulares y constantes de 45 ó 50 minutos permiten, con el tiempo, el desarrollo de la comprensión de los patrones de pensamiento y comportamiento y la forma en que éstos afectan a la persona en términos de su estado emocional, así como las relaciones con la pareja, la familia, los amigos, el trabajo y la comunidad.
La formación en psicoanálisis y terapia psicoanalítica suele tener una duración mínima de cinco años, empezando con la carrera de psicologia. Está abierta a profesionales de diversas disciplinas como la psiquiatría, la medicina general, la psicología, el trabajo social y la enfermería.
La formación incluye una perspectiva de desarrollo, que considera el impacto que las experiencias de la infancia y la niñez pueden tener en el individuo en su vida posterior.
El proceso de tratamiento
En una sesión, los pacientes intentan decir todo lo que les viene a la mente, dejando que surjan pensamientos, sentimientos, recuerdos y sueños. Para ello, algunos se tumban en un sofá con el terapeuta sentado detrás de ellos; otros se sientan cara a cara con el terapeuta.
En este entorno confidencial, y a medida que se desarrolla la confianza, comienzan a formarse pistas sobre el inconsciente y el mundo interno del paciente, y se hacen visibles los patrones de relación y las evitaciones.
El analista escucha atentamente las reflexiones, los sueños, los recuerdos y los pensamientos del paciente e intenta explorar su significado.
Se espera que el paciente desarrolle una visión de los patrones vitales destructivos y de la forma en que se formaron, y que los entienda como una respuesta a sus acontecimientos vitales y a sus relaciones.
¿La terapia psicoanalítica es eficaz?
Existe un gran debate sobre la eficacia del tratamiento psicoanalítico. Uno de los problemas es la reticencia de la profesión psicoanalítica a reconocer el valor de la investigación formal y la evidencia en el desarrollo de este trabajo. Otro es la dificultad de estudiar el tratamiento debido a su naturaleza a largo plazo.
Sin embargo, desde entonces se han realizado y publicado estudios con resultados más positivos.
En 2015, se publicó el Estudio Tavistock sobre la depresión en adultos que examinaba la eficacia de la terapia psicoanalítica. El estudio utilizó el modelo de ensayo de control aleatorio para examinar el tratamiento de un grupo de pacientes diagnosticados de depresión mayor de larga duración y que habían fracasado en al menos dos tratamientos diferentes.
Un grupo se sometió a terapia psicoanalítica durante dos años; el otro grupo de control fue tratado con terapia cognitivo-conductual, en la que los pacientes aprenden nuevas formas de pensar y comportarse.
Aunque los resultados no fueron significativamente diferentes entre los dos grupos al final del tratamiento, surgieron diferencias significativas durante el seguimiento a los 24, 30 y 42 meses. Tanto las puntuaciones de depresión basadas en el observador como las autodeclaradas mostraron un descenso más pronunciado en el grupo de terapia psicoanalítica, junto con mayores mejoras en la forma de enfrentarse a la sociedad, que en el grupo de terapia cognitivo-conductual. Esto sugiere que la psicoterapia psicoanalítica a largo plazo es útil para mejorar el resultado a largo plazo de la depresión resistente al tratamiento.
Los críticos del psicoanálisis han argumentado que la duración del tratamiento es costosa. Es posible que un paciente que busque psicoterapia no quiera ni necesite un tratamiento a largo plazo, y que sólo busque resolver algunos asuntos. Puede ser que la terapia cognitivo-conductual u otra terapia sea la opción más adecuada para un paciente concreto.
A menudo no es posible mantener la terapia psicoanalítica a largo plazo dentro de las limitaciones de financiación del sistema público de salud mental y bienestar. Se pueden utilizar terapias más centradas en la solución y de una sola sesión con individuos y familias en apuros.
