Comer sano no tiene por qué ser caro. Aquí hay algunas maneras de ayudarte a ahorrar dinero cuando vayas a hacer las compras del super.
1. Mira lo que está en oferta.
Mira los folletos del super de conveniencia al que visites, los anuncios del periódico y en línea para ver qué artículos están en oferta.
2. Haz una lista de la compra y apégate a ella.
Tu lista de la compra debe incluir los ingredientes que necesitas para hacer comidas y tentempiés saludables. Haz un plan de menús que te ayude a confeccionar tu lista de la compra para que compres sólo lo que necesitas.
3. Utiliza los cupones con prudencia.
Los cupones pueden ayudarte a ahorrar dinero sólo si realmente vas a comer o utilizar los alimentos. Comprueba la fecha de caducidad de los cupones.
4. Lleva una calculadora.
Antes de empezar, debes recordar para que sirve un recetario, además de brindarte recetas te ayuda a presupuestar tus compras. A medida que vayas comprando, te sugiero verifiques en tu recetario los ingredientes necesarios y los vayas sumando a la cuenta de la compra para ayudarte a no salirte del presupuesto.
5. Compra en tiendas locales o mercados.
Estas tiendas ofrecen más variedad y normalmente precios más baratos que las tiendas de conveniencia o las pequeñas tiendas especializadas.
6. Conoce los precios de los alimentos.
Anota los precios habituales de los alimentos que compra a menudo. Esto te ayudará a saber qué tiendas tienen los mejores precios y si estás consiguiendo una buena oferta en los artículos de rebajas.
7. Evita comprar cuando tenga hambre.
Cuando compras con el estómago vacío, de repente todo parece delicioso. Puedes estar más tentado a comprar opciones poco saludables y alimentos que no necesitas.
8. Conoce la distribución del supermercado y dónde se encuentran los alimentos saludables.
En el perímetro (o pasillos exteriores) de la tienda suelen estar las verduras frescas, la fruta, el pescado, la carne magra, los huevos y los productos lácteos bajos en grasa. Ve a los pasillos interiores para encontrar otros alimentos básicos nutritivos como productos de grano, frutos secos, semillas, mantequilla de cacahuete y cereales integrales. Sáltate los pasillos con las gaseosas, los caramelos y las patatas fritas.
9. Compra en temporada.
Las verduras y la fruta son más baratas cuando son de temporada. Evita el despilfarro comprando fruta fresca en diferentes estados de maduración. Escoge fruta que esté madura y lista para comer, y otra que madure en unos días. Así tendrás tiempo suficiente para comer todas tus compras.
10. Compra congelada o en conserva.
Cuando lo fresco esté fuera de temporada o sea demasiado caro, compra verduras y frutas congeladas o en conserva. Son igual de nutritivas. Si usas verduras enlatadas, enjuágalas primero con agua fría para eliminar parte del sodio.
11. Busque arriba y abajo, no en el centro.
Los artículos más caros suelen estar en los estantes donde se pueden ver y alcanzar fácilmente. Algunos de los artículos menos caros pueden estar en los estantes más altos o más bajos.
12. Fíjate en las fechas de consumo preferente y de caducidad.
Elije los alimentos con una fecha de consumo preferente o de caducidad que le dé tiempo suficiente para consumirlos todos y evitar el desperdicio.
13. Fíjate en la sección “reducida”.
Las verduras reducidas son buenas para sopas y guisos. Los plátanos maduros son perfectos para hacer magdalenas o pan de plátano. El pan del día está bien para comer y hace buenas tostadas francesas o sándwiches a la parrilla. Los melones maduros pueden cortarse en dados y congelarse, o hacerse puré para hacer batidos.
